El miedo a ser juzgados por los demás y a enfrentarnos a nosotros mismos, nos lleva a tapar toda la mierda que nos corroe.
Somos estúpidos por pensar que no podemos llorar ante las personas, por tener miedo a decir te quiero, por no querer mostrar nuestra peor cara, aunque sea la más humana, por elegir humillar a una persona si es sensible o atacar a alguien en modo de defensa.
Somos estúpidos porque no apreciamos la libertad, estamos atados a nosotros mismos, y esa es, sin duda, la peor cárcel de todas.
Años, siglos o décadas, y no cambiamos, la mierda sigue escondida tras la pared.