miércoles, 20 de julio de 2011

Esa fui yo

Como todo ser humano soy extraña, mis propias manías. Me gusta estar sola un rato cada día. Adoro la pasta.
Siempre que me levanto tengo que estirarme la espalda, y cada noche, antes de dormir dar un beso a Marica. Duermo de lado y con una mano en la mejilla. No me gusta desayunar los días que madrugo y tomo un cola-cao muy especial. Me gusta la ropa, la moda, ver desfiles y revistas. Me encanta enseñar cosas y estar con niños pequeños. Destesto los animales, todos en general y ninguno en particular. Me encantan las ciudades grandes. Tomo un té después de cada comida. Mi bebida favorita es el calimocho y odio la cerveza. Nunca jugué con barbies, yo era profesora de peluches. Me gusta el teatro pero adoro la música. No se me da bien la poesía. Soy paciente pero impaciente, me canso pronto de las cosas. Tengo un punto caprichoso pero soy solidaria. A veces creo que soy de piedra y sin embargo me emocionan las cosas más tontas. Tengo un humor cruel. Soy altamente escrupulosa pero me encantan las personas. Soy adolescente, de León de España pero ante todo soy persona.

Esta soy yo.

*Basado en un texto de Esa fui yo.

Rarezas

Raro, raro de por sí es una palabra rara, pero en realidad, con raro, hoy me refiero a las contradicciones de sentimientos.
Acabo de perder un autobus porque mis padres me han obligado a hacer algo que yo quise posponer para la noche.
Siempre, ya desde muy pequeña he odiado que me diesen órdenes, a mi me gusta ir a mi aire, ser libre, que no me manejen. Suele llevarme bien con mis padres, excepto cuando me gritan, que no puedo evitar contestar, y cuando me obligan a cosas.
La rareza es que a veces siento cosas por mis padres, que otras veces son todo lo contrario, la rareza es que mis padres son mis padres, que no hay otros iguales para mí pero a veces no quiero compartir nada con ellos. La rareza es que son las personas que más quiero en el mundo, pero con las que menos tiempo quiero pasar.
La rareza es que hoy como hija, este pensando todo esto, cuando lo más probable es que dentro de cuarenta años, otros lo estén pensando sobre mí.